Perfectamente imperfecto: Reconociendo y desafiando a la crítica interna

¿Qué es la crítica interna?

Perfectamente imperfecto. La crítica interna trae a la mente imágenes de alguien golpeándose a sí mismo con una autocrítica dura. Muchos de nosotros podemos pensar en un perfeccionista de tipo A que nunca está satisfecho consigo mismo. También podemos pensar en personas con el síndrome del impostor.

Aquellos con el síndrome del impostor a menudo son perfeccionistas con miedo a ser expuestos, con altos estándares y una voz interna severa. Sin embargo, a pesar de estas imágenes, muchos de nosotros tenemos un crítico interno. De hecho, es bastante normal.

Un artículo de GoodTherapy.com del mismo título lo define como «una voz interna que juzga, critica o denigra a una persona». El artículo también menciona que el crítico interno afecta a alguien a través de juicios severos incluso si no son verdaderos u objetivos. Tener un crítico interno puede reducir la confianza de alguien, su fe en sí mismo y en los demás, así como reducir la motivación.

También puede fomentar la vergüenza, la depresión y la ansiedad. En general, es casi como sentirse un impostor o tener un amigo falso que dice cosas crueles y duras constantemente. Afortunadamente, hay muchas formas de desafiar el crítico interno que todos tenemos.

¿De dónde viene la crítica interna? ¿Cómo desarrollamos una crítica interna?

Muchos de nosotros desarrollamos una crítica interna en la infancia. De manera similar al perfeccionismo, si los padres tenían altas expectativas de los niños, estos pueden internalizar estos pensamientos. Por ejemplo, digamos que una figura paterna era estricta y solo mostraba calidez si su hijo tenía éxito. Sin embargo, durante el fracaso o la decepción, el padre se volvía frío y crítico, incluso duro.

El niño puede desarrollar este mismo patrón de comportamiento hacia sí mismo en la edad adulta. Otro ejemplo puede ser un niño que recibe atención cuando es obediente y trabaja extremadamente duro. Se les elogia por trabajar duro. Pero cuando el niño decide jugar y relajarse, el padre los critica por no trabajar y, en cambio, relajarse. El niño puede aprender a juzgarse a sí mismo como perezoso o no lo suficientemente bueno debido a una crítica interna severa.

A medida que el niño se desarrolla, puede experimentar que el crítico interno aparece en nuevas experiencias cuando se necesita ser fuerte y valiente. También puede surgir en momentos de incertidumbre o después del fracaso. La crítica interna puede aparecer durante momentos de ansiedad, desafíos, fracaso o pérdida.

Lakeasha Sullivan, una psicóloga clínica con licencia, cree que la crítica interna sostiene verdades valiosas para mantenernos seguros y protegidos. Otros creen que es algo que debe abordarse con amor y comprensión. Si el comportamiento se vuelve problemático debido a un crítico interno severo, las sesiones de terapia pueden ayudar.

Con Dios, todo es posible: Ser suficiente

Seguir a Cristo o ser una persona espiritual nos permite compartir una conexión con una fuente superior. El cristianismo nos dice que los hijos de Dios están hechos a su imagen, y podemos tener vida eterna a través de Él. Por lo tanto, somos suficientes y merecedores de amor. Como estamos hechos a imagen de Dios, su amor incondicional por nosotros puede inspirarnos a practicar la autocompasión.

Practicar la autocompasión puede servir como un recordatorio de tener gracia para nosotros mismos. Podemos hacer esto recordando que somos humanos e imperfectos. Pero aún así somos valiosos y tenemos valor, perfectamente imperfecto. Por lo tanto, merecemos darnos un descanso.

Tener gracia también nos permite liberarnos de las expectativas poco realistas y los altos estándares de los que se alimenta la crítica interna. Saber que no podemos ser perfectos y que no debemos intentar serlo nos quita la presión, silenciando la voz interior tóxica. Entonces, ¿cómo podemos vencer a nuestra crítica interna?

Podemos afirmar que somos suficientes al perdonarnos cuando cometemos errores. Esto puede significar reemplazar las creencias negativas sobre nosotros mismos con creencias positivas. Además, también podemos entender que Dios es el autor de la paz y el amor, y rechazar los pensamientos negativos y confusos.

Esto nos permite liberarnos del auto diálogo negativo y el autojuicio, domando así al crítico interno. La Biblia está llena de recordatorios de que con Cristo, somos suficientes. Con Él, podemos aprender a tener éxito en los desafíos o sobrevivir a las decepciones confiando en el Señor.

Ora a Dios que todo es posible

Para ilustrar, los siguientes versículos bíblicos revelan el empoderamiento a través de Cristo para sentir la paz de Dios:

«Todo lo puedo en Cristo que me fortalece». (Filipenses 11:14) Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible. (Mateo 19:26) «Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré, sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.» (Isaías 41:10)

Hay muchos versículos bíblicos inspiradores disponibles para usar cuando los necesites. Usa la palabra de Dios para recordar que eres suficiente ante la crítica interna, el perfeccionismo o el Síndrome del Impostor ataquen.

Sanando a la crítica interna: venciendo a nuestro propio Tomás incrédulo

La crítica interna es un aspecto nuestro al que no podemos darle mucho poder. Podemos usar el ejemplo del incrédulo Tomás en el Evangelio de Juan para la crítica interna. El contexto original representa a un apóstol escéptico, Tomás, que se niega a creer en la resurrección de Jesús. Sus dudas son una postura fuerte que muestra su falta de fe.

Irónicamente, la crítica interna funciona de manera similar. Nos hace dudar de nuestro propio potencial al cegarnos con la incredulidad en nuestras habilidades hasta que hemos tenido éxito. Al final, el Hijo de Dios apareció después de la resurrección, recordando a Tomás que aquellos que tienen fe sin verlo son bendecidos. Dios le mostró a Tomás el poder de la fe a través de Jesús.

¿Qué significa esto para nosotros y nuestro crítico interno? Podemos relacionarlo con nuestro enfoque en el crítico interno para recordar que cuando tenemos fe en nosotros mismos, podemos tener éxito. No necesitamos tener éxito para tener fe, podemos tenerla ahora. Nuestra fe puede ocurrir incluso sin ver nuestro éxito en ese momento.

Todo lo que necesitamos es una cantidad de semilla de mostaza para crear una mentalidad saludable y de apoyo. En general, si creemos en nosotros mismos, podemos ser bendecidos, amados o exitosos, y a veces más de lo que esperamos.

Dudamos de nosotros mismos incluso cuando sabemos que tenemos lo necesario para prosperar. Al final, nos convertimos en nuestros propios peores enemigos al creer en los pensamientos que nacen de nuestra crítica interna. Nos saboteamos al permitir que las creencias limitantes controlen nuestras vidas. Como resultado, nos desanimamos y renunciamos a compartir nuestros dones y talentos con el mundo.